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Miriam Latorre: «La exposición a metales pesados en el pescado

en España se sitúa por debajo de la media europea»

Miriam Latorre, dietista-nutricionista miembro del Grupo de Especialización en Nutrición Pediátrica de la Academia Española de Nutrición Humana y Dietética participó recientemente en las IV Jornadas CODINNA/NADNEO impartiendo su ponencia bajo el título “Consideraciones sobre el consumo de pescado y metales pesados”, un tema muy actual y que está generando muchas cuestiones tanto a profesionales como a la sociedad en general.

Metales pesados y efectos nocivos

Los metales pesados son elementos químicos que se caracterizan por tener efectos tóxicos para el ser humano. Los que más preocupan por sus efectos nocivos y su contenido en los alimentos son el mercurio, cadmio, plomo y arsénico. Según expuso Latorre, “el mercurio puede reducir las  capacidades sensoriales, producir fatiga, anorexia, irritabilidad y excitabilidad, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y disfunción renal. El cadmio, anemia, alopecia, hipertensión y problemas renales. El plomo, retraso del desarrollo mental e hiperactividad en niños. En adultos, fatiga, anemia, gusto metálico, pérdida de apetito y de peso, cefaleas e insomnio. El arsénico también puede causar fatiga y dolor de cabeza, dermatitis, aumento de salivación, debilidad muscular, alopecia y problemas en las uñas”.

Imagen de Anna Sulencka en Pixabay

Imagen de Anna Sulencka en Pixabay

Además, la experta añadió que algunos metales pesados son carcinogénicos, principalmente en tejidos blandos. “Simplificando, los metales pesados interaccionan con el ADN, proteínas y otros elementos químicos, provocando un aumento del estrés oxidativo y/o cambios estructurales, lo que puede llevar a alteraciones funcionales graves, tanto a nivel celular como de tejidos y órganos”.

La gravedad de los efectos dependerá principalmente de dos grupos de factores; por un lado los relacionados con el metal (dosis, patrón de contacto, especie molecular concreta), y por otro los relacionados con el individuo (edad, sexo, genética, estado nutricional…). “Generalizando, podemos oír que los niveles de exposición en España son seguros, pero esto no es cierto en algunos colectivos como el pediátrico”.  Mujeres embarazadas y que pretendan estarlo o en lactancia y niños son los que más requieren de atención. Los metales pesados ya desde antes de la concepción pueden originar problemas de fertilidad y reproductivos, después problemas de desarrollo y crecimiento en el feto y en la infancia.

Controles de las autoridades

Latorre indicó que Cataluña es la región de España y una de las del mundo, donde se han realizado más determinaciones de metales pesados en alimentos. En estos, resalta el grupo de pescado y marisco como el que mayor concentración de elementos tóxicos contiene. En los últimos años también se han intensificado los controles por parte de las autoridades y se han financiado con fondos europeos estudios científicos.

Según indicó la dietista-nutricionista, el nivel de exposición a los metales pesados en el pescado en España se sitúa por debajo de la media europea. “Recordemos que los estudios catalanes alertan que pocas especies del mediterráneo quedan dentro de los límites legales de contenido de mercurio: besugo, navaja nacarada, salema, lampuga, sardina, boquerón, bacaladilla, picarel, mero, dorada, surmullet, pargo y calamar”.

Recomendaciones

La AESAN, Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición establece una serie de recomendaciones para todos, pero especialmente para niños y embarazadas: limitar el consumo de la carne oscura de los crustáceos (en la cabeza): nécoras, buey de mar, centollo (no tanto cigalas, langostinos y gambas; cola); limitar el uso de sus cabezas para arroces, caldos, sopas, etc. Todos, especialmente niños hasta 7 años y embarazadas o dando lactancia deberían evitar carne de caza (abatida con munición de plomo); y recordar poner a remojo antes de cocinar y tirar ese agua y la de cocción, por ejemplo del arroz.

Se desaconseja el consumo de especies con alto contenido en mercurio a embarazadas o en lactancia y a niños de 0 a 10 años. Para especies de bajo contenido en mercurio, lo idóneo serían de 3 a 4 raciones a la semana.

En cuanto a niños de 10 a 14 años, se recomienda un máximo de 120 gramos al mes de pescados con alto contenido en mercurio, y 3 ó 4 raciones por semana de pescados con bajo contenido en dicho metal.

Para el resto de la población en general, lo recomendable son 3 ó 4 raciones a la semana de todo tipo de pescado. “No obstante, es muy importante no olvidar que aunque hoy hablemos del lado oscuro del pescado, el análisis riesgo/beneficio no aporta duda: es la principal fuente de vitamina D y Omega 3 esenciales, además de aportar proteínas de alto VB, yodo, selenio, calcio y vitamina A, entre otros nutrientes”, enfatizó Latorre.

 

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