Durante la celebración de las IV Jornadas Dietistas-Nutricionistas de CODINNA/NADNEO, Alma Palau, gerente del Consejo general de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, expuso un tema que causó mucho interés entre los asistentes: “Inseguridad alimentaria” Lo que no se mide, no se conoce. Lo que no se conoce, no se soluciona”.
Palau realizó una explicación de la situación actual sobre este tema tan controvertido, en el que la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, es la principal responsable de la medición de la Inseguridad Alimentaria. Según sus datos, esta ha evolucionado a lo largo de los años. Por un lado, se ha producido una cambio en la terminología: de hablar de “hambre” a hablar de “inseguridad alimentaria” o “pobreza alimentaria”; un cambio en el enfoque: de la seguridad alimentaria de “un país”, a la de “los habitantes”; un cambio en la recogida de datos: de la disponibilidad alimentaria a nivel de país a través de las hojas de balance de alimentos (producción – exportación + importación), al consumo de los habitantes (encuestas de hogares y encuestas de consumo), y más tarde a las experiencias. Por tanto, como conclusión: la relevancia de las “dimensiones” y, por tanto, de datos y herramientas de medición, depende del contexto.
Carlo Cafiero, Estadístico y economista senior de la ONU para la Alimentación y la Agricultura desarrolló la Escala CALA FIES, en inglés (Food Insecurity Experience Scale). Consta de ocho preguntas que refieren experiencias y comportamientos vinculados con la alimentación que describen los encuestados, relacionados con dificultades crecientes para acceder a los alimentos por falta de dinero u otros recursos. Esta escala FIES es la referencia para el indicador 2.1.2. de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 20230) sobre la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave en la población. “Hasta hoy, más de 70 países han adoptado la escala FIES o una similar, en encuestas de medición de la inseguridad alimentaria”.
Una dieta sostenible puede ser 7,27 € más económica.
La Academia Española de Nutrición y Dietética, junto con el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas redactó un documento de consenso con el objetivo de promover una Cesta Básica de Alimentos que contribuyera a disminuir las desigualdades en el acceso a alimentos básicos de la población española. “Este documento sonsiste en medir, de manera directa, la frecuencia de personas en riesgo de no adquirir los alimentos y nutrientes necesarios para la subsistencia o para la salud, determinada por el nivel de ingresos de los hogares y el nivel de vida (precio de los alimentos)”, indicó Palau.
Según los estudios, una dieta sostenible puede ser 7,27 euros más económica, con criterios dietéticos, es decir, sustituir proteína animal por vegetal. Pero se encarece 12,22 euros con criterios de origen, envasado y estacionalidad. “El objetivo es establecer el umbral por debajo del cual no sea posible llevar a cabo una alimentación saludable, para informar a gobiernos y entidades de una adecuada acción social”
Elena Carrillo, Profesora titular de salud pública e investigadora en el ámbito de la seguridad alimentaria y una de las participantes de la elaboración de este documento sobre la Cesta Básica de Alimentos, señala que “la inseguridad alimentaria es real, grave y frecuente. Es causa de enfermedades físicas, psíquicas, emociones negativas y hábitos tóxicos. Todas las políticas deben tener visión de salud y alimentación”.
Entre las diferentes conclusiones, “urge visibilizar la inseguridad alimentaria en España, un problema que es de todos, y no sólo de unos pocos invisibilizados”, destacó Palau. Es necesario recoger de forma sistemática y exhaustiva datos relacionados con la inseguridad alimentaria y la malnutrición, “para monitorizar, denunciar y abogar por el derecho a la alimentación en España”. Además, según añadió, la gerente del Consejo General, deben incorporarse indicadores de la Escala FIES a través de los instrumentos oficiales, como es el INE, para medir el problema social de la inseguridad alimentaria, de manera consistente y continuada “Es necesario concienciar, sensibilizar y capacitar a los profesionales educativos, sanitarios y sociosanitarios, para identificar la inseguridad alimentaria en las familias y derivar a las personas hacia los recursos sociales disponibles que puedan ayudar en la solución y contar con un sistema de protección social sensible a la nutrición, con medidas e instrumentos de protección innovadores, que garanticen la seguridad alimentaria de la población beneficiaria”, advirtió Palau.